Todo el mundo sabía que el nuevo calendario presentado el pasado martes por la UCI es, a lo sumo, una optimista declaración de intenciones y que el mismo estaría plenamente condicionado a las nuevas normas que a lo largo de los próximos meses implementara cada país en lo relativo a grandes eventos públicos.
La alegría y el optimismo han durado, apenas, 48 horas, que es lo que ha tardado el gobierno de Países Bajos en arrojar un helado cubo de agua fría sobre varias pruebas del calendario masculino y femenino al prohibir todo tipo de grandes eventos hasta el momento en el que se descubra una vacuna contra el Covid-19.
A día de hoy existen más de 70 proyectos de investigación activos en todo el mundo buscando esa vacuna que nos devuelva a la casilla de salida que, en España, era nuestra vida antes del 14 de marzo, momento en el que se pusieron en marcha las medidas de confinamiento, pero nada garantiza que la vacuna vaya a ser descubierta en el futuro cercano.
El Ministro de Sanidad de Países Bajos, Hugo de Jonge, ha decidido optar por la vía más restrictiva y supeditar cualquier gran evento, incluidas las pruebas ciclistas, a la aparición de esa vacuna. “Esperamos que ese descubrimiento sea rápido, pero el horizonte de un año o incluso más es una posibilidad muy real”.
Así las cosas, y ciñéndonos únicamente al calendario de ciclismo en carretera de 2020 aprobado esta misma semana por la UCI, Slag om Norg (1.1) Binck Bank Tour (2.WT) , Amstel Gold Race (1.WT), Ronde van Zeeland (1.1) quedarían suspendidas en lo que al ámbito masculino se refiere, mientras que en el calendario femenino Watersley Women’s Challenge (2.2), Boels Ladies Tour (2.WWT) y Amstel Gold Race (1.WWT) correrían esa misma suerte.